Tiene la lengua bífida, la práctica totalidad de la superficie del cuerpo tatuada con escamas de reptil y los colmillos afilados.
Su imagen es, a todas luces, la del Hombre Lagarto.
Erik Sprague ha pasado más de 700 horas para una transformación aún incompleta que pretende desafiar convenciones sobre lo que significa un ser humano. O, como se dice coloquialmente, no juzgues a un libro por su portada.
Su historia es una de las miles que pueblan las páginas de 'Aunque no te lo creas de Ripley 2012', un catálogo de cosas inverosímiles que Libros Cúpula/Planeta ha publicado.
- ¿Hablo con Erik Sprague o con el Hombre Lagarto?
- No hay diferencia, somos el mismo en una persona.
- ¿Cómo es un día en tu vida?
- Mi vida está muy bien ahora mismo. Me pagan por ser yo, lo cual es lo mejor.
- Pero no es un trabajo de oficina...
- No es un trabajo de 9 a 17:00, que sería lo peor para mí (risas).
- ¿Hay una idea política detrás de tu transformación y tus actuaciones?
- No diría que hay una intención política inherente a mi trabajo, ya sea en mi proyecto de transformación o en mis actuaciones en directo, pero si sigues los principios de lo que hago hasta sus lógicas conclusiones, sí encontrarás unas consecuencias políticas: el hecho de animar y apoyar a que todo el mundo sea como quiere ser y actúe para lograrlo creo que tiene una resonancia política muy importante. El mundo sería un lugar mejor si más gente fuese honesta con lo que es en lugar de seguir la corriente. El poder más importante del mundo deriva de la gente conformándose, algo contra lo que me rebelo.
- ¿Y la idea de cuestionar lo que es un ser humano?
- Así era en la filosofía original que inspiraba el proyecto, se trataba de explorar el término "ser humano", lo que significa. Cambiarme a mí mismo para ser distinto al resto, desafiar el estereotipo de lo que es una persona a ojos de otra gente. Si miras a la gente que va por la calle, pueden esconder extraterrestres bajo su apariencia normal, siguiendo un pensamiento un tanto psicópata. Lo que quería hacer era cambiarme y cambiar la manera en que la gente piensa sobre mi humanidad. Es un proceso en el que espero la gente se comprometa con este pensamiento, no es algo terminado.
- ¿Y cuándo concluirá?
- En teoría, cuando muera pero espero que no acabe nunca y que la gente siga pensando sobre estas cosas.
- ¿La transformación está terminada?
- No, he empleado unas 700 horas en los tatuajes y cirugía y lo que me quedan son unas 150 horas para completar los tatuajes.
- ¿Qué dijo tu madre?
- Mi madre tenía la mejor perspectiva, puesto que estuvo allí desde que nací. Cuando me convertí en el Hombre Lagarto me dijo que, conociéndome, hacerlo era menos raro que no haberlo hecho. No me desperté un día y dije: "Voy a ser el Hombre Lagarto", aunque mucha gente pueda pensarlo. Ella me vio crecer, me vio dibujándome en los brazos, me vio cuando estudiaba Arte, ella ha estado en todo el proceso...
- ¿Les has tenido que explicar muchas cosas a ella y a tu padre?
- Cuando me tatué la cara, ellos sabían qué era lo que me iba a hacer ese día aunque no se lo hubiera dicho. Son tus padres, te conocen mejor que nadie.
- ¿Has sufrido reacciones agresivas?
- Pensé que iba a haber más reacciones negativas pero la verdad es que casi nunca ha pasado. Es algo que me congracia con mis congéneres humanos. En los últimos 19 años sólo he tenido un par de reacciones agresivas. Hay gente curiosa, hay quien no lo entiende ni le gusta pero la mayoría ha sido muy respetuosa.
- ¿Y si algún día te arrepientes?
- Y si tú algún día te arrepientes de ser periodista...
- Casi todos.
- (Risas) Mira, la gente se casa sin haberlo pensado, sin conocerse y luego se divorcia. Yo pasé tres años planeando esto. Por supuesto que puedo arrepentirme en el futuro pero en general la gente se arrepiente más de lo que no ha hecho que de lo que sí. Espero que cuando esté en la residencia con 80 años sea el más satisfecho de todos.
- ¿Cuánto te ha costado esto?
Eso nunca ha sido lo importante, es como preguntarle a un pintor lo que le ha costado el lienzo o a un fotógrafo la cámara. Nunca he tenido mucho dinero pero sí la suerte de contar con profesionales a quienes les ha interesado este proyecto y me han ayudado de forma altruista. Hace años una compañía aseguradora valoró en 250.000 dólares mi cuerpo como un objeto de arte. Ahora será más por la inflación (risas).
- También tocas en un grupo, Lizard Skynard. ¿Cómo sonáis?
- La mejor descripción es Henry Rollins al frente de Mastodon. Son cuatro músicos increíbles y yo hago el imbécil delante de ellos, básicamente. Pero es difícil tocar por nuestras agendas. Lo que hacemos es por divertirnos.
- ¿Carne o pescado?
- El pescado es carne y no como carne, soy vegetariano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario